“A mí me gustan todos los discos de Juan Luis Guerra”, dice una señora sentada en la fila J del Balcón B del Aula Magna, en el momento que los músicos de la Orquesta Sinfónica Venezuela (OSV) comienzan a entrar al escenario. Están por dar inicio al segundo concierto en la Ciudad Universitaria de Caracas de su tributo a la banda centroamericana, titulado “4.40 Sinfónico”.
El espectáculo es una coproducción de la Dirección de Cultura, la Orquesta Sinfónica Venezuela y Amigos Sinfónicos, y una de las ofertas más aclamadas -y vendidas- de la programación musical del 2025 de La casa que vence la sombra. El recital estará bajo la dirección del maestro Jesús Uzcategui y contará con las interpretaciones de Hiyanú Alcántara, Javier Rodríguez y Mauricio Marín.
A las 5:20 p.m. del 8 de noviembre la orquesta ejecuta el intro de lo que se oirá en la velada y el público comienza a aplaudir: “Si tú te vas”; “Me enamoro de ella”; “Tú”; “La bilirrubina”; y “A pedir su mano”.
Juan Luis Guerra y su 4.40 se fundó en la década de los 80, cuando Guerra regresó a Santo Domingo luego de estudiar en el Berklee College of Music en Boston (EEUU). Su propuesta: fusionar los ritmos caribeños tradicionales (merengue, bachata, son) con elementos del jazz, rock, pop, y música africana. En 1989 el álbum “Ojalá que llueva café” marcó un punto de inflexión en la agrupación, llevando su música a un público internacional. En Venezuela la música del hoy Patrimonio Musical y Poético de República Dominicana se oye desde su segundo álbum de estudio: “Mudanza y acarreo”.
“El 4.40 me recuerda mi juventud”, dice Juan Félix, antes entrar al Patio D; mientras que Elena Gómez y Eduardo Rodríguez les evoca a “Playa, diversión, baile”, apuntan antes de buscar sus asientos ubicados por la Puerta 1. Los tres supieron del concierto por recomendaciones de amistades que fueron a la primera función, celebrada el pasado 1 de junio.
Oye, me dio una fiebre el otro día
Por causa de tu amor, cristiana
Que fui a parar a enfermería
Sin yo tener seguro 'e cama”
“La bilirrubina” fue el tema que dio inicio a la velada. Para la segunda pieza del recital, “Burbujas de amor”, la señora sentada en la fila J del Balcón B comienza a cantar y con la tercera interpretación, “Visa para un sueño”, saca su celular y empieza a grabar, mientras que varias de la personas ubicadas en el Patio D se paran y bailan en las escaleras que dan hacia el escenario.
“Juan Luis vino a imponer un estilo sobre el modo de hacer merengue en los 80 y lo cambió todo. Él le dio un realce a lo que fue la bachata y lo más mágico de Juan Luis Guerra es el hecho de que toda su música es una poesía plena. No hay cosas vulgares en sus temas, todo es 100% poético”, afirma Richard Marcano, profesor de Farmacia y participante de La Voz Ucevista 2025, antes de entrar a la sala. Los participantes de la edición 25 del certamen de canto de la universidad estuvieron entre el público.
Siguen los temas “Frío, frío”; “Ay, mujer”; “Cuando te beso”; “Ojalá que llueva café”; “Tú”; “Las avispas”; “Me enamoro de ella” y “Bachata Rosa”, con esta última el público acompaña la pieza encendiendo la luz de sus teléfonos celulares.
Guerra es conocido como el "poeta del Caribe" por la calidad literaria y la complejidad metafórica de sus letras. También utilizó sus canciones para reflexionar sobre temas profundos, como la pobreza, la esperanza, la vida en el campo y la realidad social de América Latina. A lo largo de sus más de 40 años de carrera ha realizado colaboraciones con Romeo Santos, Diego Torres, Maná y recientemente con el músico británico Sting.
“Increíble. Me encantó”, comenta antes de iniciar el concierto Yeimi Fragachán, participante de La Voz Ucevista 2025, sobre la versión de “Estrellitas y duendes”, realizada por el dominicano junto al ex The Police.
Y cuando tenga tu permiso, voy a volar norte a sur
Para buscar arriba del pino el nido que quieras tú
Voy a prender tu cariñito como cocuyo en el mar
Y voy a hacerte un traje'e novia con hojas del platanal
Con “A pedir su mano” hasta las “Nubes” de Calder bailan y la temperatura aumenta en la sala. Desde ese momento muchos no vuelven a tocar su asiento. “Si tú te vas” da paso a “Buscando tus besos” y “Volveré”, un breve homenaje de los protagonistas del “4.40 Sinfónico” al merenguero dominicano Rubby Pérez, quien falleció el pasado abril en la tragedia de la discoteca Jet Set de Santo Domingo.
“Portense bien. Porque nos regañan”, le recuerda Javier Rodríguez al público, antes de seguir con la última parte del concierto: suenan: “Farolito”; “El Niágara en bicicleta”; “La guagua”; “La hormiguita”; y “Mi bendición”.
Juan Luis Guerra es el artista con la mayor cantidad de premios Grammy Latinos, con un total de 28 galardones hasta la fecha. En 2009 recibió el Doctorado Honorario del Berklee College of Music. Se ha presentado en las mejores salas y estadios de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, y ha logrado cifras récord de público (Tenerife y Estadio Olímpico).
“La cosquillita” y “Rosalía” son los temas elegidos para despedir la velada, pero el público, de pie, pide más: los cantantes y el maestro Uzcategui regresan al escenario e interpretan de nuevo “Las avispas” y “Me enamoró de ella”.
“No sé porque yo nunca he ido a un concierto de Juan Luis Guerra y eso que ha venido varias veces”, se lamenta la señora sentada en la fila J del Balcón B al salir de la sala. “Pero este de la orquesta sinfónica estuvo espectacular y en el Aula Magna de la UCV, que era uno de mis sitios por visitar en Caracas: uno de mis sueños pendientes”, remata.





