-¿Están contentos?
-¡¡¡Sí!!!
-Porque nos lo merecemos. Algo muy hermoso es lo que está pasando en este momento en nuestro país. Lo quiero celebrar aquí con ustedes. Porque es un poco la razón de mi vuelta aquí, además con una alegría inmensa que tuve ayer.
Faltando hora y media para el inicio del concierto “Soledad Bravo Sinfónico” en el Aula Magna comenzó a caer un aguacero en Caracas. El chaparrón tapó por casi media hora el Ávila e hizo tronar más de una vez el cielo caraqueño. La lluvia cambió la logística de los técnicos, protocolo, mantenimiento, músicos, productores, tickeras y público convocado para este concierto benéfico; el regreso en solitario de la intérprete de la «Nueva canción latinoamericana» a la casa que la “vio nacer como cantante”.
La Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, bajo la dirección de Elisa Vegas, Miguel Delgado Estévez (guitarra), Carlos Rodríguez (bajo), Carlos «Nené» Quintero (percusión), Pedro López (piano) y Ángel Fernández (cuatro), fueron los músicos invitados para acompañar el recorrido por lo grandes éxitos de Soledad Bravo en este espectáculo a beneficio de la Fundación Proyecto Maniapure, pautado para el 11 de octubre de 2025, a las 4:00 p.m. “El sentimiento que ella pone al cantar me llena de alegría y es como un alimento para el alma”, afirmó María Méndez, abogada, egresada de la UCV, una de las primeras espectadoras en fila para ingresar al concierto. Confesó que seguía a Bravo desde que era muy joven, y que esperaba oír, una vez más, “La canción del elegido”. Reinaldo Díaz fue otro de los asistentes que llegó temprano a hacer la cola para el concierto, fue acompañado de su hija de 21 años. Por primera vez visitaba el el Complejo Aula Magna, también sería la primera vez que vería en vivo a la española-venezolana, una de las cantantes más relevantes de la época de la Transición en España. “Vine porque me regalaron las entradas y a mí de muchacho me gustaba su música. Una de las canciones que me gusta y espero oír hoy es “Ojos Malignos", la de la novela ("Kaína", escrita por César Miguel Rondón)”, contó. “Todo lo de ella a mí me encanta, las tonadas, sobre todo la música venezolana”, aseguró Jorge Pereira, quien llegó a la Puerta 1 del Aula Magna poco antes de la lluvia, junto a Mercedes Romero, a quien invitó a acompañarlo a ver, una vez más, después de cinco años, a la artista.
Soledad Bravo (España, 13 de noviembre de 1943) es conocida por su potente voz y un vasto y versátil repertorio que abarca diversos géneros musicales de Hispanoamérica. Se hizo popular a través de la canción folklórica y de protesta, sirviendo de vehículo para dar a conocer a compositores de la Nueva Trova Cubana y la Nueva Canción Latinoamericana. A lo largo de sus más de 30 álbumes y seis décadas de carrera, ha incursionado con éxito en géneros como el jazz, el bolero, la ranchera y la salsa. También ha explorado el folklore venezolano y los cantos sefardíes. A las 4:30 p.m., subió al escenario Claudia Valladares, cofundadora de Impact Hub Caracas y moderadora de la velada, para dar la bienvenida al concierto y adelantar que este se daría en unas condiciones particulares: “Aquí estamos. Frente a la adversidad una vez más. Gracias por estar allí. A pesar de las circunstancias seguimos adelante”. Minutos más tarde, salieron a escena Soledad Bravo y Elisa Vegas, con “Allá viene un corazón”, acompañado por las palmas del público, se dio inicio al recital. Siguieron con “Alma mía”, “La flor de la canela”, “Para vivir” y “La canción del elegido”, “Alfonsina y el mar” y “De que callada manera”, tema que fue ovacionado de pie y con un grito desde el Balcón B: “Viva Venezuela”. “¿Están contentos?”, preguntó la artista. Un estremecedor sí fue la respuesta del público. “Algo muy hermoso es lo que está pasando en este momento en nuestro país”, apuntó e indicó que esa era una de las razones de su regreso, además de “una alegría inmensa” que había tenido el 10 de octubre.
“Sombra”, “Palabras de Amor”, “Los caujaritos”, “Caramba”, “Polo margariteño”, “Cantos de Pilón”, “Pajarillo verde” y “La Catira” continuaron la velada, el último tema fue la segunda ovación de pie de la tarde y la pieza con la que llegó el intermedio.
Durante el tiempo de descanso, Valladares ofreció detalles del Proyecto Maniapure e invitó a su fundador y a su esposa -organizadora del concierto- a subir al escenario, Tomás Sanabria y Rossy Maal de Sanabria.
“Esto empezó como una aventura. Hace más de 30 años. Y fue una aventura. En la que contamos con el apoyo del padre Miguel González, fundador de las Damas Salesianas (...) Hemos ido cambiando con los avances tecnológicos en la telemedicina. Tenemos un nuevo modelo de atención en la medicina rural para Venezuela. Es un trabajo de doctorado que va con la Universidad Central, nuestra Alma Mater y con la Academia Nacional de Medicina”, explicó Sanabria.
Proyecto Maniapure es una iniciativa humanitaria de gran relevancia en Venezuela, gestionada por la Fundación Proyecto Maniapure (FPM), Organización no Gubernamental (ONG) sin fines de lucro. Su importancia se centra en llevar asistencia integral a comunidades remotas y de difícil acceso en el sur del río Orinoco, principalmente en el estado Bolívar, donde habitan poblaciones indígenas.Ofrecen servicios médicos, odontológicos y de nutrición en su centro de salud principal, llamado "El Centro La Milagrosa" (un ambulatorio rural tipo II). También fueron pioneros en Venezuela en el uso de la telemedicina para diagnóstico y tratamiento.